La marplatense logró regresar a la ciudad el fin de semana. La mejor atleta argentina de la actualidad fue sorprendida por la pandemia en Kenia, donde realizaba una preparación a la que calificó de "increíble". Pero su regreso al país se complicó y sufrió momentos de angustia. Hoy cumple con el aislamiento en su casa en esta ciudad, dedicada al estudio, la lectura de novelas y el entrenamiento.
por Víctor Molinero
Twitter: @vhmolinero
Belén Casetta está de regreso entre los suyos. Lejos de ellos en realidad por esto de la tan mentada e imprescindible cuarentena. Pero en casa.
En efecto, la marplatense llegó el sábado a la ciudad tras un largo periplo que comenzó en la localidad keniata de Iten, donde Belén realizaba una exigente preparación junto a los mejores del mundo de cara al durísimo calendario internacional que tenía por delante.
De allí, donde la pandemia del coronavirus puso fin abruptamente a un trabajo que todavía tenía programados unos días más por delante (la vuelta al país estaba pautada para el 4 de abril), Casetta logró volar en primera instancia a Etiopía. Y desde ahí a San Pablo. En Brasil se “guardó” en un hotel mientras aquí se cerraban las fronteras. Y admitió en un par de entrevistas, azorada, como en el vecino país parecían tomarse a la ligera el peligro que significa la velocidad del contagio.
La marplatense, de 25 años y una carrera promisoria, siguió al pie de la letra cada consejo y el viernes mostró en sus redes sociales el pasaje que la depositaría de regreso en Argentina.
Ya en Mar del Plata, Belén se prestó al diálogo telefónico con LA CAPITAL, en el que contó que está realizando la cuarentena en su casa, donde intenta continuar con el entrenamiento dentro de las posibilidades que le otorga el “encierro”.
“Hago skipping y otros ejercicios para intentar levantar el pulso al menos”, contó todavía agitada, haciendo una pausa en su entrenamiento para atender a este medio.
Belén contó que la última escala de su regreso tuvo un inesperado percance que demoró aún más su arribo a Ezeiza. “Yo vine en el segundo de los dos vuelos que permitieron desde San Pablo con argentinos. Hubo unos 60 que se quedaron allá esperando para volver. Nuestro vuelo se demoró porque cuando salió desde acá para buscarnos se topó con una nube de abejas y tuvo un problema técnico que lo hizo regresar. Ya estábamos para embarcar”, admitió.
“En Ezeiza pasamos por todos los controles con DNI en mano. A los que eran de Capital Federal los apartaban y el resto podíamos salir. A mi me pasó a buscar mi hermano en su auto con un permiso especial que nos otorgaron el Comité Olímpico Argentino, el Enard y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro”, aclaró.
– ¿Quiénes te ayudaron en todo el periplo del regreso a casa?
– Tuve todo el apoyo del Enard, la Secretaría de Deportes, la Confederación Argentina de Atletismo, Inés Arrondo, Daniel Díaz. Todos los entes deportivos del país se portaron muy. No solo conmigo sino con otros deportistas argentinos que estaban en la misma situación que yo.
– ¿Cómo era originalmente el regreso desde Kenia?
– Nosotros salimos para Etiopía primero y ahí teníamos un avión con muchos argentinos que debíamos volar a Buenos Aires, con una escala de dos horas en San Pablo. Pero antes de embarcar en Etiopía nos informaron que a la Aerolínea no la deban aterrizar en Argentina. Y nos daban a elegir entre quedarse a hacer la cuarentena en Etiopía o venir a San Pablo y quedarse ahí.
– ¿Sentiste miedo en algún momento lejos de tu casa y tus afectos con esta situación?
– Yo tenía que salir de Kenia el 24 y en teoría la frontera se cerraba el 25. Estaba justa pero llegaba. Ahí dije “ojalá que no me pase nada” pero dentro de todo estaba tranquila. El miedo lo tuve cuando en Etiopía, a minutos de embarcar, me dijeron que me tenía que quedar en Brasil. Ahí me quebré y me largué a llorar. Tenía que resolver en cinco minutos, porque estabamos en pre-embarque y era la madrugada argentina, me costaba comunicarme con mis viejos. Mi hermano, que trabaja en el servicio penitenciario de Florencio Varela se había pedido un permiso especial para irme a buscar a Ezeiza y yo tenía que poder avisarle ahí, a la madrugada que no iba a poder volar a Argentina. Todo en cinco minutos porque nos subían al avión.
Ya en San Pablo, cuando me instalé en el hotel me tranquilicé.
– Y más allá del mal momento ¿cómo calificás la experiencia del trabajo realizado en Kenia?
– Fue una experiencia increíble. Entrenar ahí, en ese lugar, con unos circuitos muy bueno, una temperatura ideal. La gente allá corre todo el tiempo, es una cuestión cultural.
– Y además rodeada de atletas de primer nivel…
– Estaban los mejores. Había medallistas olímpicos, medallistas mundiales, recordman.
– ¿Y cómo surgió la posibilidad de programar esa experiencia?
– Fue una idea de mi entrenador. Él ya había ido con Marita Peralta en 2012 y le pareció una buena experiencia. Me lo propuso para probar con la intención de tener un punto estratégico previo a Tokio. Nos permitía estar más cerca y achicar la diferencia horaria que yendo desde acá a los Juegos iba a ser muy grande. Ahora íbamos a participar del Iberoamericano en Tenerife y después nos quedábamos haciendo base en Madrid y compitiendo en Bélgica, Alemania, Italia. De ahí volvíamos a Kenia para la última etapa previa a los Juegos.
– Ahora confirmaron las fechas para los Juegos Olímpicos en 2021 y pospusieron el Mundial para 2022. ¿Ya están programando con Leo Malgor la preparación?
– La verdad que ahora, con todo esto, todavía no estamos pensando en la planificación para todo eso. Primero hay que salir de esta situación. Pero creo que para los Juegos Olímpicos haremos lo mismo que teníamos programado este año. Por ahí podríamos volver a Cachi, en Salta, también.
– Además de entrenar esta situación te da tiempo para continuar con tus estudios de derecho…
– Si claro. Estoy cursando segundo año de derecho a distancia con la universidad Siglo XXI. Me permite despejarme y que no todo sea atletismo.
– ¿Y para qué otra cosa te da tiempo esta cuarentena?
– Me encanta leer libros. Me gustan mucho las novelas policiales, de suspenso. He leído bastante de John Katzenbach.
– ¿Y estando sola te cocinás?
– Si tengo que cocinar para alguien me gusta hacerlo. Puedo hacer un pollo al disco o algo así. Pero si estoy sola no cocino demasiado ja. Puede ser polenta, fideos… puedo irme a acostar después de una taza de café con lecha y una tostada. ¿Un desastre no?
Para tener en cuenta
* Belén Casetta nació el 26 de septiembre de 1994 en Mar del Plata.
* Participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
* Ganó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
* Fue finalista del Mundial de atletismo desarrollado en Londres en 2017, donde terminó undécima y marcó el récord sudamericano para los 3.000 metros con obstáculos
(9′ 25″ 99/100).
* Hizo podio en los últimos tres Sudamericanos, en su especialidad. Fue bronce en Perú 2015, oro en Paraguay 2017 y plata en Perú 2019.
* Había viajado a Kenia el 26 de febrero junto a Leonardo Malgor, su entrenador, para realizar una exigente preparación con miras a los Juegos Olímpicos.
* Ganó el premio Olimpia de Plata en atletismo en 2017 y 2019.
* En 2017 ganó el premio Lobo de Mar de Oro que entrega anualmente el Círculo de Periodistas Deportivos de Mar del Plata.